Baños Termales
Fuentes de salud y placer, en la Antigüedad se los concebía como espacios de encuentro y vida social.
El Viajero Ilustrado ha observado que quizás el más difundido de los pequeños chovinismos sea la posesión de baños termales. En sus periplos, se ha topado, una y otra vez, con "los mejores del mundo". Una verdad, por cierto, difícil de verificar. Lo que sí puede afirmar y reafirmar es que sumergirse en la sedosa tibieza de un baño termal es como volver a una situación primigenia de placer supremo.
La nota destacada en Clarin menciona
El Viajero sabe que estos privilegios no son exclusivos de los antiguos. En la Argentina, desde 1822, las aguas termales de Cacheuta, en la Cordillera mendocina, atrae turistas de los más diversos orígenes. No es la única del país. El Viajero reconoce Las Termas de Río Hondo, en Santiago del Estero; las de Copahue, en Neuquén, y varias en Entre Ríos. Y no puede olvidar, además, mencionar las termas vecinas de Arapey y las de Dayman, en Uruguay. Como se sabe, los baños termales incluyen una gran batería de opciones: del simple baño de aguas termales, de azufre o de barro a vapores, saunas, masajes corporales y tratamientos que apelan a las algas marinas.
Fuente 09.03.2008 Clarín.com Viajes
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